LA SIRENA VARADA

30.10.2017

Había una vez una sirena que navegaba en alta mar frecuentemente.

Para ella, todo se trataba desde una perspectiva muy superficial, excesivamente racional o como si de un torbellino emocional arrasador se tratase.

Así, para ella solo existían los días malos; y los buenos: aquellos cálidos y soleados, donde podía maquillarse, vestirse con ropas lujosas, tunear la barca de preciosos alerones ... Estos días le proporcionaban felicidad y alegría que contagiaba allí por donde fuera. Tenía todo lo que quería, aunque siempre le faltase algo...

Sin embargo, cualquier cambio meteorológico en contra: como lluvia, oleaje o un simple nubarrón, ... Ver a otras sirenas más guapas, con ropas o barcas más lujosas, o simplemente más felices, le irritaban tremendamente reaccionando de manera muy impulsiva, clamando al cielo y a veces incluso, con violencia: -¿Por qué a mí?!, se preguntaba una y otra vez.

-Aaaggggghhh! exclamaba con aspavientos continuamente como si de un mantra se tratara.

Un día muy oscuro, casi tan oscuro como sin querer lo eran sus propios pensamientos, la sirena no daba crédito a lo que veía: se aproximaba en el horizonte un enorme huracán rodeado de vientos violentos, rayos, truenos y centellas, que provocó una ola terrible de más de 30 metros de altura.

Todo retumbaba y el oleaje era insoportable.

-¿Por qué es todo tan terrible?, ¿por qué a mí?, ¿qué he hecho yo para merecer esto?, ¡voy a morir!. Gritaba desconsolada.

Fue en ese momento, cuando fuertemente, fue sacudida y arrastrada mar adentro...

En ese preciso instante donde creía morir, contempló como la ola gigante pasaba por encima de ella creando una visión inolvidable: lo que creía que la iba a matar, ahora era la fuerza pura de la naturaleza en acción, cuya oportunidad de poder verlo tan de cerca la hizo sentirse importante, protagonista y especial... Además, comprobó que no era verdad lo que siempre le habían dicho: que no podría respirar mar adentro...

Y un inmenso sentimiento de bienestar la rodeó. Por primera vez desde mucho tiempo, se sentía Viva, tranquila y como pez en el agua.

Su perspectiva de repente cambió. Desde allí, todo lo superficial era pequeño, relativo, inestable y no le llamaba excesivamente la atención. También creyó que era la única sirena sumergida en la profundidad, pero rápidamente descubrió que no estaba tan sola.

Ahora tenía todo un oceáno profundo, fascinante e inmenso por descubrir.

Ahora su corazón daba saltos de alegría.

Ahora tocaba nadar mar adentro.

© 2017 Jaime Carrillo Lopez. Guerrero Training. 668830320 SOLO WHATSAPP O TELEGRAM
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