EL COLESTEROL. LO QUE LA CIENCIA NOS DICE
El colesterol es un esterol (lípido) que se encuentra en los tejidos corporales y en el plasma sanguíneo de los vertebrados. La hipótesis clásica presupone que a partir de cierta cantidad en sangre es perjudicial para la salud por su relación con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares dando lugar al consumo de uno de los medicamentos más conocidos: las estatinas.

Veamos en qué estudios está basada dicha hipótesis:
El genetista ruso Anichkov en 1913 decidió alimentar conejos con leche, huevos, yema de huevos y con diferentes proteínas de origen animal. Finalizado los protocolos pudo observar que en todos los animales aparecían alteraciones y/o lesiones que iban desde estrías grasas hasta grandes acúmulos de "lipoides" y en todas ellas identificó la presencia de colesterol. ¿Tendrá que ver que experimentó sobre herbívoros que en su dieta nunca introducen colesterol dietético?... Una lástima que no lo hiciese con carnívoros como los perros. En muhos estudios de este tipo hoy sabemos que se puede eliminar muy eficientemente el colesterol a través de la bilis y/o transformarlo en sales biliares, algo que no ocurre en herbívoros como el conejo.

En 1948, The Framingham heart study, realizó un estudio epidemiológico (estadístico observacional que no demuestra causa-efecto) sobre unas 10000 personas. Acuñaron el término factor de riesgo sobre la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares durante los próximos 10 años, en donde incluyeron el sobrepeso, la diabetes, la hipertensión y el colesterol total como elementos que aumentaban el factor de riesgo.
De este macroestudio se originó la Dieta corazón: donde la grasa saturada y la carne roja aumentan supuestamente la ateroesclerosis
(taponamiento de las arterias) que en función de dónde se produzca genera un mayor o menor problema cardiovascular.

También de este macroestudio se originó la hipótesis del colesterol bueno (HDL) y colesterol malo (LDL) que aún a dia de hoy perdura como paradigma irrefutable. Lo increíble de este estudio es que además de ser observacional, obviaron algunas conclusiones a las que llegaron diferentes científicos que posteriormente analizaron el mismo: como que el 80% de las personas que padecieron enfermedades cardiovasculares (EVC) tenían valores normales de colesterol en sangre, tanto del "bueno" como del "malo"; o que las diferencias estaban en la cantidad del subtipo de colesterol LDL pequeño y denso (LDL-P) que sí está relacionado con ateromas (como posteriormente veremos). Además, Ancel Keys en el año 1961 sesgó información de este estudio (escogiendo datos que sólo daban credibilidad a su lípidofobia) relacionando la cantidad de ingesta de grasa con el índice de mortalidad.

Y a partir de su publicación en la revista Time, comenzó el mito del huevo y el colesterol, su ascenso como miembro de la American Heart Association y su influencia hasta los días de hoy en todo el mundo...

A continuación, vamos a intentar brevemente entender la importancia del colesterol y el por qué se encuentra con nosotros desde tiempos remotos.
FUNCIONES DEL COLESTEROL
El colesterol es imprescindible para la vida animal por sus numerosas funciones:
- Estructural: el colesterol es un componente muy importante de las membranas plasmáticas de las células. El 50% es colesterol puro.
- Precursor de la vitamina D: esencial en el metabolismo del calcio.
- Precursor de las hormonas sexuales: progesterona, estrógenos y testosterona.
- Precursor de las hormonas corticoesteroidales: cortisol y aldosterona (las llamadas hormonas del estrés).
- Precursor de las sales biliares: esenciales en la absorción de algunos nutrientes lipídicos y vía principal para la excreción de colesterol corporal.
- Favorece la integridad del epitelio intestinal. En otras palabras, sin colesterol no se podría tener el intestino impermeable tras la ingesta de comida. Ya hablamos las enfermedades que puede ocasionar el glúten de los cereales cuando generamos permeabilidad intestinal.
- Es fundamental para el desarrollo nervioso de los niños.
- Las vainas nerviosas se componen en alto porcentaje de colesterol.
Visto así, el colesterol en equilibrio posee un papel fundamental para nuestra salud.
DESMONTANDO LA TEORÍA CLÁSICA: ¿qué nos dice la ciencia sobre el origen del colesterol que encontramos en la sangre y qué relación hay entre la ingesta de huevos y la hipercolesterolemia?:
Según diversos estudios:
- El 75% de la población experimenta un ligero aumento o ninguna alteración en las concentraciones plasmáticas de colesterol con altas cantidades de colesterol en la dieta.
Se ha establecido que el colesterol dietético aumenta las concentraciones de colesterol LDL y HDL circulante en aquellos individuos que experimentan un mayor aumento en el colesterol plasmático después de grandes cantidades de consumo de huevos, pero el cociente LDL/HDL (cociente entre el colesterol "malo" y "bueno", mucho más importante que el valor total para determinar riesgo cardiovascular como después veremos) sigue siendo 1:1, lo que no conlleva riesgo cardiovascular.
No se ha establecido claramente un vínculo entre el consumo de huevo y el riesgo de enfermedad coronaria. Esta falta de conexión puede explicarse debido a que los huevos son una buena fuente de numerosos nutrientes incluyendo luteína y zeaxantina, potentes antioxidantes, que pueden ejercer un efecto protector contra la oxidación de las lipoproteínas. (Metaanálisis)
Los huevos son una gran fuente de proteína natural, por su alto valor biológico y utilización neta de proteína. Además son ricos en vitaminas (A, D, K, B2, B5, B12) y minerales (hierro, fósforo, potasio, selenio). Colina (fundamental para el cerebro) y omega 3 (si la gallina, que es ovnívora, se ha criado libre y ha comido adecuadamente). El único problema es que tanto la mayor cantidad de proteína como la inmensa densidad nutricional de los huevos se encuentran en la yema!. Tirarla debería de estar penalizado....

CLASIFICACIÓN DEL COLESTEROL: NI TAN BUENO, NI TAN MALO. FACTORES QUE LO AUMENTAN Y SU RELACIÓN CON EL RIESGO CARDIOVASCULAR.
Un error generalizado, es la no comprensión entre la diferencia entre el colesterol y las lipoproteínas. Ya hemos visto la importancia que tiene el colesterol, y para ello el organismo debe de redistribuir el mismo desde el hígado a todas las células a través de sus propios medios de transporte del colesterol: las lipopreteínas LDL (de baja densidad). Por otro lado, el colesterol sobrante es devuelto al hígado a través de las lipoproteínas HDL (de alta densidad). Entonces, ¿cuáles son las malas de la película?.
Para que el colesterol se adhiera en la pared arterial dañada previamente por un aumento de "azúcares" previamente, una LDL debe de dejarlo allí. Esto genera un proceso oxidativo e inflamatorio, que es el origen de la enfermedad. Por esto su fama de "malote".
En la mayoría de las ocasiones los macrófagos solucionan el problema, pero cuando la situación es tan generalizada que se ven desbordados es cuando se puede producir el indeseado ateroma o trombo.

Los valores que miden el riesgo de que la LDL pueda dejar colesterol en las arterias está más relacionado con el tamaño y cantidad de las mismas (LDL-P) y no tanto con el número de colesterol que transporta (LDL-C). Cuanto más pequeñas sean las lipoproteínas (LDl-P) y más número de ellas haya en sangre, mayor riesgo hay de ateroma. Sin embargo, en las analíticas el valor que solemos encontrar es el número de colesterol que cada LDL-P transporta: el LDL-C.
En este estudio, se comprobó que el índice entre el cociente LDl/HDL es mucho más importante que el valor total para determinar el riesgo cardiovascular y de ateroma. Además se relaciona con el índice de masa corporal, la hipertensión y con el síndrome metabólico.
Por otro lado, las lipoproteinas LDL también transportan los triglicéridos y el número de los mismos sí tiene relación con todas las enfermedades antes descritas. Y, ¿qué aumentan los triglicéridos?: una dieta rica fundamentalmente en azúcares e hidratos de carbono refinados...
La grasa que ingerimos cuanto más insaturada sea es más oxidativa como por ejemplo el ácido linoleico de los cereales, que
junto con la adrenalina (hormona clave del exceso de extrés) también favorece la oxidación del colesterol aherido en las arterias para que se forme el ateroma.
El tabaquismo favorece la permeabilidad del epitelio arterial (agujerea las paredes de las arterias) y el colesterol se adhiere para repararlas.
El sedentarismo y la obesidad también generan resistencia a la leptina, que mejora el
receptor del colesterol LDL para introducirlo en la célula y que ejecute
sus funciones. Si no hay leptina, el colesterol LDL vuelve a la sangre
aumentando en número. Además el aumento de grasa visceral aumenta el número de LDL-P para transportar los ácidos grasos al hígado, lo que aumenta la tensión arterial y por tanto la posible producción de ateroma.
Invasiones de células patógenas como la helicobacter pylori también se relaciona con el aumento del colesterol (que ayuda a combatir las infecciones) y con el riesgo cardiovascular.
En este metaanálisis, se determina que a partir de 100 gr de azúcar/día (algo más de 2 cacalocas) es el mayor y principal agente en cuanto al aumento de LDL-P y por tanto del riesgo cardiovascular.
¿LAS ESTATINAS SON LA SOLUCIÓN?.
Si atendemos a las principales causas que desencadenan un aumento de colesterol LDL ("el malo"), parece que lo más sensato sería la prescripción de ejercicio físico, la eliminación del azúcar y químicos (alimentos precocinados, suplementación, medicación) así como la eliminacíón del tabaquismo, ingesta de alcohol moderada, junto con el aprendizaje de cómo gestionar las emociones; sin embargo, la realidad es que en la medicina actual el recurso más utilizado es la recomendación del medicamento más vendido por las farmaceúticas: las estatinas.
Las estatinas sí reducen el colesterol, sin embargo prácticamente no reducen el riesgo de mortalidad: 1 o 2 personas de cada 200. Sin embargo los efectos secundarios que pueden producir estos fármacos son tremendos:
- Impacto en la función cognitiva y la memoria.
- Mayor riesgo de desarrollar diabetes.
- Aumento de enfermedad cardiovasular. ¿Parece increible verdad?...
Además, varios estudios demuestran que dietas ricas en aceite de pescado, especialmente el procedente de pescado azúl (rico en omega 3 DHA, y EPA) reduce también el LDL-P (incluso más que las estatinas) y por tanto disminuye el riesgo cardiovascular.

Conclusión:
Si tienes el colesterol LDL elevado por sí solo no es un factor de riesgo, podría tener un gran peso tu genética. Observa el índice LDL/HDL y el número de triglicéridos en sangre que si está elevado (si está por encima de 150) la LDL-P aumenta de manera exponencial y aproximadamente a partir de 200 sí empezaría a indicar riesgo de enfermedad cardiovascular.

En cuestión de salud, lo mejor es siempre prevenir y en esto los hábitos (lo que hacemos con frecuencia) juegan un papel protagónico, pero si no lo has hecho ya, ahora es el momento:
- Ejercicio físico. El organismo es sabio y recurre a la grasa visceral como primera opción para producir energía. Un valor enorme para la población no sedentaria.
- Eliminación del azúcar, moderación de los cereales refinados y grasas insaturadas, suplementación o químicos provenientes de medicamentos en la medida de lo posible.
- Ingerir omega 3 favorece el equilibrio lopide, si proviene del pescado azul.
- Di adiós al tabaquismo y modera el alcohol.
- Aprende cómo gestionar las emociones: técnicas de relajación, contacto con la naturaleza, ocio y recreación sintiéndote y rechazando el estrés...
- Échale huevos de calidad y no solo al plato (o en su caso ovarios).
- Aquí tienes un enlace donde interpretar mejor los resultados de tu analítica
Salud guerrer@s!